El subdirector de Human Rights Watch, Juan Pappier, calificó como preocupantes las declaraciones que hizo el presidente Gustavo Petro en España, en las que dijo que, como jefe de Estado, es jefe del fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, al que le ha pedido insistentemente información sobre el asesinato de 200 personas a manos del Clan del Golfo.
Pappier también advirtió que las “crecientes tensiones” entre el fiscal y el presidente ponen al país en una “situación institucional preocupante”.
“Preocupantes estas declaraciones del presidente Gustavo Petro. Según la Constitución Política del 91, la Fiscalía es parte de la rama judicial y por lo tanto independiente del ejecutivo”, trinó el subdirector de Human Rights Watch.
En un segundo trino, Pappier advirtió que “las crecientes tensiones entre el fiscal y el presidente, motivadas por actitudes irresponsables de ambos lados, ponen al país en una situación institucional preocupante”. Y señaló que estas tensiones se dan preciso en un momento en el que la Fiscalía tiene la tarea de “realizar procesos sólidos” contra organizaciones criminales para avanzar en su sometimiento a la justicia y en las negociaciones de paz que adelanta el Gobierno nacional.
“Y ello ocurre justamente cuando la Fiscalía tiene por delante la tarea crucial de realizar procesos sólidos contra organizaciones criminales para lograr su sometimiento a la justicia y de investigar evidencias de negociaciones ilegales”.
El subdirector de Human Rights Watch retuiteó un análisis que hizo el jurista e investigador del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, Dejusticia, Rodrigo Uprimny. En el trino, el jurista advirtió que en este nuevo encontrón entre el fiscal Barbosa y el presidente Petro ambos se equivocan: “se equivocan tanto Petro como Barbosa en este enfrentamiento, que no es digno del presidente y del Fiscal General, sino que parece una inaceptable pelea de egos”.