El presidente Gustavo Petro llegó de Brasilia el miércoles en la tarde. En medio de la crisis desatada por el enfrentamiento entre la jefa del despacho presidencial Laura Sarabia y el embajador en Venezuela Armando Benedetti; todos esperaban que llegara a Palacio a poner orden en la casa.

Pero el mandatario no llegó a la Casa de Nariño. Es más esta madrugada, casi a las una de la mañana, casi 30 horas después de su aterrizaje desde Brasil seguía sin llegar a la sede presidencial.

El despacho del Jefe de Estado, vacío en un día en el que estaban sucediendo tantas cosas, hacía más patente la crisis y la sensación de desgobierno.

El punto más importante en la agenda del presidente Petro estaba marcado a las 9 de la mañana: Reunión con el embajador Armando Benedetti en el aeropuerto militar de CATAM.

El encuentro del que se esperaba una solución definitiva a la crisis,  se debía producir en el salón VIP del Comando Aéreo de Transporte Militar, un salón adaptado para reuniones privadas, lejos de la atención pública, durante el gobierno de Álvaro Uribe.

El plan inicial consistía en que el mandatario hablara con el embajador antes de partir a Villavicencio a donde se quedaron esperándolo. Desde la noche anterior, el presidente Petro había cancelado toda su agenda.

Al embajador Armando Benedetti nadie le informó del cambio de planes y, según una alta fuente de la Casa de Nariño, él se fue a CATAM a esperar al presidente.

Las mismas fuentes de Palacio indicaron que el presidente Petro enviaría la caravana presidencial a recoger al embajador para llevarlo a un punto de encuentro lejos de las instalaciones oficiales. Se llegó a decir que se encontrarían en la casa particular del mandatario en Chía. Sin embargo eso tampoco terminó sucediendo.

Hacia mediodía hubo un intercambio de mensajes de texto entre el presidente y el embajador Benedetti.

No sé por cuál razón –si deliberadamente o por error– el embajador Benedetti publicó por unos minutos en su WhatsApp parte de la conversación que tuvo con el mandatario.

Habitualmente los miembros del alto gobierno usan la plataforma Line para comunicarse. Esta es una de las aplicaciones de mensajes más seguras. Sin embargo Benedetti tomó una foto de su conversación con el presidente y la publicó –voluntaria o involuntariamente, no se sabe– en su cuenta de WhatsApp.

Un amable corresponsal de El Reporte tuvo tiempo para tomar una foto del pantallazo de Benedetti. Pantallazo, nunca el nombre resultó tan apropiado.

Cinco minutos después, el presidente Gustavo Petro responde: “Vale. Por hoy es silencio de ambos. Ya veremos cómo se solucionan las cosas”. El presidente Petro escribió mal la palabra veremos, en realidad tecleó V W R E N O S, algo que le pasa con frecuencia.

A la 1:13, 12 minutos más tarde, Benedetti responde en tono lambiscón: “OK! Mi presidente. Me da pena molestarte, pero el canciller está sacando todos mis viajes, lo del avión privado, etc. Es Laura!…Y yo estoy callado”.

Ahí termina el pantallazo que publicó el embajador Benedetti, quejándose porque en el Ministerio de Relaciones Exteriores hay preocupación hace meses por los viajes no autorizados del embajador Benedetti. Alguno de ellos a Washington, asegurando que era en misión oficial.

En ese momento la Cancillería abrió una investigación por “abandono del cargo” ya que no había ninguna misión oficial del embajador en Venezuela en Washington. Pero, en esa ocasión, quien salvó a Benedetti fue su antigua asesora Laura Sarabia. Ella dijo que no existía orden de la Cancillería, pero sí de la Presidencia.

Por admin

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *