El expresidente Álvaro Uribe sigue teniendo reparos frente a la reforma a la salud, que será radicada en el Congreso de la República el lunes 13 de febrero, a pesar del anuncio del Gobierno, según el cual, ya no serán eliminadas las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
En un principio se eliminaría esta figura para instaurar, en su lugar, la cadena de atención que inicia por los Centros de Atención Primaria (CAP). Y, de esta manera, eliminar el rol de las EPS como intermediarios financieros.
Sin embargo, tras la Asamblea Nacional de Departamentos y la reunión entre el jefe de Estado y los representantes de las EPS, el Gobierno dio a conocer que, aunque no se eliminarán las Entidades Promotoras de Salud, tendrán que transformarse para sobrevivir:
“Las EPS ya no serán el eje institucional, sino los Centro de Atención Primaria, que pueden ser públicos o privados. Es decir, la EPS puede, si quiere sobrevivir hoy en el nuevo sistema que proponemos, comenzar su supervivencia con Centros de Atención Primaria (CAP)”, indicó el mandatario.
Lo que supondría que, de acuerdo con el director de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), Félix León Martínez –con el tiempo– las EPS se territorialicen. Por ejemplo, con EPS SURA enfocándose, principalmente, en Antioquia y Sanitas, en Bogotá. Lo que supondría el cierre, solamente, de las EPS cuya capacidad operativa no responda a las necesidades de la ciudadanía.
Pero, aun así, para el exmandatario y líder del Centro Democrático, al modificar el sistema de pagos, el Estado entraría a manejar un monopolio que, actualmente, ni siquiera es bien administrado con varios actores a la cabeza:
“Un monopolio estatal que es lo que pretende esta reforma, no puede brindar un buen servicio de salud. Por supuesto, hay que mejorar el sistema, hay dos maneras: O este monopolio estatal de la salud, que sería gravísimo o se puede hacer la reforma a través de una combinación de EPS, centros médicos y gobiernos municipales”