El martes 21 de febrero la Fiscalía General de la Nación informó que le entregó al Fondo para la Reparación a las Víctimas una finca que habría pertenecido a los hermanos Castaño Gil, fundadores y máximos cabecillas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

El predio entregado es una finca llamada LaBlanquita avaluada, preliminarmente, en más de 1.150 millones de pesos, está ubicada en el municipio de Amalfi (Antioquia) y tiene una extensión superior a las 320 hectáreas.

Los registros públicos indican que habría sido uno de los primeros bienes que adquirió Fidel Castaño, por lo que su nombre y el de su padre, aparecen en los certificados de tradición del inmueble.

Según el ente investigador, La Blanquita estuvo al servicio de los hermanos Carlos, Vicente y Fidel Castaño Gil y varios de sus familiares durante el accionar del grupo armado ilegal.

En el mismo sentido, la entidad nacional subrayó que ha entregado al Fondo para la Reparación a las Víctimas, entre el 13 y el 20 de febrero, nueve bienes ubicados en Maceo (Antioquia), que ascienden en valor a 3.528 millones de pesos y estarían relacionados con los denominados bloques Central Bolívar y Metro de las AUC.

La finca entregada será administrada por la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Precisamente, el martes 21 de febrero, la Procuraduría General de la Nación revocó la suspensión provisional al presidente de la entidad, José Daniel Rojas Medellín, tras el acuerdo surgido en la mesa de trabajo convocada por el ente de control, sobre la compra de acciones de la Triple A.

En su decisión, el viceprocurador General, Silvano Gómez Strauch, señaló que los compromisos adquiridos en ese escenario de diálogo han modificado los fundamentos jurídicos que generaron la suspensión provisional decretada, pues se acordó cumplir, entre otras obligaciones, con “el traspaso de las acciones objeto del contrato de compraventa por parte de la SAE”.

Con la entrega de la finca La Blanquita ya sería dos las haciendas de los hermanos Castaño Gil que pasen a manos de las víctimas. La primera fue la Támesis en Córdoba, Montería, que tiene 590 hectáreas de dimensión. Según el presidente Gustavo Petro la lujosa finca, de tierras supremamente fértiles, debe ser puesta a producir para garantizar la seguridad alimentaria de las 50 familias que se vieron beneficiadas de esta entrega.

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